Bendito silencio en estas horas tristes que acongojado recuerdo
Tu cuerpo junto al mío, exhausto de amor perpetuo, que nos dimos
Y nos merecimos este premio secreto, que sin contarle a la luna,
Ella nos vio y sin respeto, se lo dijo a las estrellas y al todo el firmamento
Que dos corazones sin freno, se mataban de amor en la tierra,
Donde muy pocos saben hacerlo, por temor a que les guste, y sea un vicio
Un anhelo, un sabor a sal que no alcanza, para realzar el sabor de los besos
Desabridos que se guardan bien adentro, cuando no encontramos labios
Que sepan merecerlo, como nos merecimos nosotros y no nos alcanzaba
Porque insaciables buscábamos más…cada vez más,
Más saliva, más aliento, más presión de nuestras bocas al hacerlo.
Cuando no existe nada alrededor, justo en ese momento,
Cuando los poros de tu piel y la mía, se abren sin lamento,
Para absorbernos lentamente, con caricias que nos llegan a los huesos
Son solo recuerdos que no sé dónde guardar, donde ponerlos
Para que queden solos allí, por un tiempo, hasta que mi cabeza desnuda
Pueda acomodar los pensamientos y entender que ya no estás,
Que estoy solo en éste imperio, de coronas de espinas y sufrimiento
Debo sentir en mi cuerpo la brisa que sopla y que no la siento
Porque eras tú mi viento, mi tormenta de otoño, mi sol, mi enero
No puedo derramar ni lágrimas, porque este dolor no tiene precio
No sabe de llorar, ni de gestos dolorosos, ni de lamentos
Porque solo sangra la herida, que quedó abierta muy adentro
Donde no se cierran nunca…porque sin querer no quiero,
Dejar de recordarte…amor secreto.
Solo queda ansiedad y locura, que se esfuman con mis suspiros huecos
Se envejece mi piel, se reseca con el tiempo, porque no están tus caricias
No tengo tus besos, se fueron tus miradas, tus palabras y tu aliento
No me queda nada, solo la certeza que tortura, de saber que es muy cierto
Que seguiré así en mi vida, errante y solo, recordando en silencio