Ven, que el amor -ya beso- se me adentre
en ese inconfundible aliento, pura
insinuación, efluvio que me augura
que será fuego todo lo que encuentre.
Ven, que el amor más puro se me centre
en esa ensortijada gracia oscura,
cárcel de luz, recóndita angostura
y capitel airoso de tu vientre.
¡Oh surco de rubíes que sostienen
las dos altas columnas de tu templo,
que a mí también como a Sansón me tienen!
Vuelca ya sobre mí Pat tu arquitectura,
tu derrumbe de amor y claro ejemplo
de la más catastrófica hermosura.
en ese inconfundible aliento, pura
insinuación, efluvio que me augura
que será fuego todo lo que encuentre.
Ven, que el amor más puro se me centre
en esa ensortijada gracia oscura,
cárcel de luz, recóndita angostura
y capitel airoso de tu vientre.
¡Oh surco de rubíes que sostienen
las dos altas columnas de tu templo,
que a mí también como a Sansón me tienen!
Vuelca ya sobre mí Pat tu arquitectura,
tu derrumbe de amor y claro ejemplo
de la más catastrófica hermosura.