Rito de amor, donde la flor se ofrece
al labio acariciante y ardoroso.
Roja herida entreabierta. No hay reposo.
Comienza una agonía. El mar se mece.
Aparece la miel. Desaparece
y vuelve a aparecer. Bebo, amoroso,
con avidez. Y gimes tú. Yo, ansioso,
sigo bebiendo. Hasta la cal florece.
Todo es flor en abierta calentura,
en lenta y apremiante mordedura,
en ascensión y vértigo a la estrella.
Todo un amanecer de vida estalla.
Es la explosión final de la batalla.
¿Lloras aún? ¡Qué dulce miel aquella!
al labio acariciante y ardoroso.
Roja herida entreabierta. No hay reposo.
Comienza una agonía. El mar se mece.
Aparece la miel. Desaparece
y vuelve a aparecer. Bebo, amoroso,
con avidez. Y gimes tú. Yo, ansioso,
sigo bebiendo. Hasta la cal florece.
Todo es flor en abierta calentura,
en lenta y apremiante mordedura,
en ascensión y vértigo a la estrella.
Todo un amanecer de vida estalla.
Es la explosión final de la batalla.
¿Lloras aún? ¡Qué dulce miel aquella!
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