Tengo treinta espinas
de una rosa congelada en mis venas,
mi sangre se cristaliza
junto con el aliento de mis besos,
quizás el fuego de tu boca
pueda derretir tanto hielo,
o quizás tu ausencia me deje
con el frío eterno...
Char…libre, sin registro.
Produce dolor ver tantas espinas naciendo en la piel.
ResponderEliminarCorto y contundente Char, corto y bellísimo!
Te dejo un fuerte abrazo, bonito jueves.
PD: la imágen está increiblemente expresiva, gracias por avisarme que desactivé la opción de comentarios en mi última entrada.
Que bello
ResponderEliminarSon las espinas que dejan los desengaños.
ResponderEliminarImpactante fotografía.
Saludos.
Cuanto dolor y belleza se pueden resumir en cortos versos!!
ResponderEliminarExcelente poema amigo Char!
Cuanto sentimiento plasmado en un excelente poema
ResponderEliminarLa imagen duele
Un abrazo
Qué gusto leer tan bello poema!
ResponderEliminarY esa foto dice mucho...
Felicitaciones y gracias por este buen momento.
Latidos de tu corazón son los versos de éste poema y la imágen como emblema de dolor.
ResponderEliminarA veces las espinas nos hieren y lo peor de todo es que no supimos verlas.
Mi abrazo de siempre, querido amigo.
Hola Char, me gusta mucho lo que escribes, pero hay días que me estremezco al leerte de lo triste que te presiento…
ResponderEliminarEscribe para que tu corazón llore y se exprese, pero solo a ratos, y vive la vida maravillosa que cada día nos acaricia el alma. Un abrazo.
Precioso cortito Char, románticas y maravillosas tus letras.
ResponderEliminarUn abrazo.