Alguna madrugada ya no será para mí,
ya no habrá más sombras ni soledad envolviéndome,
algún día ya no escribiré desde el recordarte siempre,
desde el mirarte en las nubes emigrantes de mi cielo.
Siempre me propongo no amar a pesar de la distancia,
pero cómo no hacerlo si eres la cuerda de mi corazón,
eso que da movimiento sin pensar en la razón,
eres trino de treinta y un pájaros en cada despertar.
Cuando abro los ojos pensando si podré verte…
me entumece el frío de mi cama hasta paralizarme,
y quiero convertir la lámpara de luz en tu mirada,
y sentir tus dedos acariciándome la cara.
Algún día iré al mundo real y dejaré allí las
comparaciones,
arrojaré con fuerza al abismo del sufrimiento las
metáforas,
y cada pulsación de mi loco corazón será un aletazo,
en mi vuelo ilusionado que busca el perfume tuyo.
Si es que aún conservo alma, quiero que huela a ti,
lo que resta de mis hombros cansados, esperan tu abrazo,
mi boca no quiere besos, quiere la carne de tu labios,
algún día lloraré donde lloran los enamorados.
Y volveré seco de lágrimas amargas derramadas
lleno de sueños con forma de tus pies descalzos,
y volverán las madrugadas y dibujaré tu mirada,
en las letras impensadas que sangran tinta enamorada.
Y escribiré que retiro lo antes escrito,
porque nada
puede detener mi instinto,
el de vivir esperando escuchar tus brazos posándose en
mis hombros,
y mi mirada extraviada en tus ojos…temblando de
asombro.
Algún día, algunas madrugadas, el frío y la soledad,
mi cama y tus caricias, el abismo del sufrimiento y
las metáforas,
todo eso no será nada…porque todo se transformará en
dulce suspiro,
seremos tu y yo desnudos, boca y beso, esclavos de
nuestro amor desesperado,
arropados con la brisa del otoño, derritiéndonos en el
sol de verano,
siempre calientes, con la primavera floreciendo en
cada beso robado.
Algún día escribiré que mi invierno llegó con la
bendición
de tu cuerpo desnudo durmiendo en mi regazo,
algún día escribiré que jamás busqué tu amor
que tan solo llegaste así, así como sale el sol
para dar vida a mi ser que moría famélico de amor.
Algún día, alguna madrugada quizás,
seremos tú y yo, contando los agujeros que dejaron
las espinas
del tiempo y la distancia
clavadas en cada corazón,
ahora cerradas para siempre, benditas heridas de
vehemencia .
Prefiero sufrir mil años por amor y que me recuerdes,
y no ser polvo de olvido, no ser un tibio amor,
O frío o caliente, siempre con perfume a tentación,
siempre expectante al movimiento de tus labios,
a tu mirada provocadora, a tu sexo, a tu invitación.
Alguna madrugada ya no tendré la mirada perdida
algún día me verás de frente y sin hablarte
te desnudaré el alma
y en ese instante
escribiremos entre gemidos poemas nuevos
hasta quedar exhaustos de esos deseos nuestros.
Quizá...alguna madrugada pueda respirar tu aliento
y abrazarte de espaldas y dormirnos al mismo tiempo
hasta que nos despierte nuevamente el deseo.
Char®
Que belleza de poema Char, una inspiración donde vas dibujando en cada verso, preciosos sentires con unas metáforas deliciosas. Podría enumerar las que más me gustan pero no puedo elegir porque todo el poema esta florido de ellas.
ResponderEliminarFue muy placentero leerte de nuevo y disfrutar de tus letras.
Un abrazo.