Como perros de
pelea, como lobos hambrientos,
los recuerdos
que restan en mi mente desangran.
Y se muerden
entre ellos esperando que alguien los separe.
Se muere en un
silencio desgarrador el intento de tenerte.
No hay más
puertos donde anclar ni nubes para viajar,
las estrellas
quedaron en el cielo, nadie las pudo bajar,
aunque vuelo
para encontrarte me quedo sin ti,
en esta misma
hora día tras día a través de los meses.
Y son y serán
años en que todo acontecerá igual,
amanecer y
ocaso, deseo y dolor, soledad y pasión,
en verdad ya
no sé si es de noche o de día,
después de
todo no me importa, es la hora de la muerte.
Escribo con mi
mirada tu nombre en tantos lugares
que cuando mi
alma vague, leeré en todo el mundo
el recuerdo de
tantas horas de soledad.
Por ahora
refrescaré mis caricias con gotas de rocío
que huelen tan
bien, como la frescura de tus pechos.
Char©
Intensidad en tus versos que tanto duelen.
ResponderEliminarMe encanta la imagen.
Un beso.
Bellas sensaciones, románticas y nostálgicas las imágenes que dejas en cada uno de tus versos de sentimientos que no alcanzan esa ausencia.
ResponderEliminarBellas siempre tus inspiraciones Char.
Un abrazo.
Hermoso poema, banyado en nostalgia, recuerdos y amor...me encanto!
ResponderEliminarun beso, feliz semana!
Con cuanta fuerza lo has plasmado Char. Hermoso
ResponderEliminarbello texto
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