Y me dormí para no
pensar
y en el sueño creí
verla despertar
con su cabello
desalineado y ojeras de esperar
que se hagan
realidad los sueños
que solía a veces
soñar.
La vida de un loco
es tremenda
ni que hablar cuando
se trata de dos,
las noches calientan
con un sol tremendo
mientras amanece y
las estrellas comienzan a brillar.
Ninguno de los dos
toman café
entre una loca y un
loco se desayuna con besos
se entretienen
contando cuentos
historias raras,
hasta quedar en silencio.
Las miradas son
profundas, más de lo que crenn los cuerdos
las caricias nacen
solas, brotan de entre los dedos
y no existen ni
posturas, ni peros, ni veremos
se hace lo que se
debe
con el corazón
abierto
se ama con lo que se
tiene
en una cama o en el
suelo.
Y me dormí para no
pensar
mientras ella
acariciaba mi espalda
abrigándome con sus
cabellos
quién sabe, qué
pensará
Este relato de locos
es verdad
no tiene orden, ni
rima,
ni fonemas a partir
de la sílaba tónica al final
solo es un relato de
locos
que jamás
despertarán
porque sueñan
despiertos
con poder comerse
los labios a besos
donde sea que se
encuentren
a la hora
veinticinco
antes del juicio
final.
Char®
Maravillosa locura de amor.
ResponderEliminarUn poema muy hermosos Char, y encantada estoy de haberme acercado hasta aquí para leer como debiera ser un amor de principio a fin.
Me ha gustado muchísimo.
Un abrazo.
Se ama al amor, a la vida, desde cada latido que grita el corazón, se ama cada beso, cada instante, hasta el universo del amanecer.
ResponderEliminarUn placer leerte, Char.
Un beso grande.