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lunes, 15 de noviembre de 2010

A MI HIJO MARTÍN IVÁN.

Cada día que pasa es como si pasara nuevamente mi época de juventud. Los ojos de él, se van cubriendo de un brillo especial que no sé interpretar o no quiero interpretarlo no me da miedo, aunque a mi mujer sí.
Todavía recuerdo el olor del shampoo de su cabello de niño, ese dedo inquieto que no sacaba de la boca y mis reproches diciendo, “te va a deformar el paladar, saca ese dedo de la boca” recuerdo eso y mucho más, sus peleas con sus hermanas, sus miradas curiosas cuando yo hacía algo, sus preguntas, en fin…
Se parece a mí, silencioso, pensativo, cuando se enfada iracundo.
Pero como todos, me voy haciendo cada vez mayor y cada día noto que el síndrome del nido vacío se apodera de mí, de mi mujer, de nuestro hogar. Sé que siempre estaremos con él, como lo estamos con nuestras hijas, pero hasta ahora, él es nuestra compañía, nuestro socorro, nuestro desenfreno, nuestro comentario, nuestra oreja que escucha aún lo que a veces no debe escuchar.
Pero es así la vida, uno forma pareja, tiene hijos y no comprendemos que son solo un préstamo de la vida misma, que debemos primero AMAR,  luego EDUCAR y por último seguir amando.
 Es como si cada día que pasa, el tiempo mismo nos  recuerda, ¿has hecho todo por él?
Y  lo observo, observo los cambios en su cuerpo, en su comportamiento, en sus hábitos, pero en el fondo de él mismo, hay algo que me tranquiliza, y es su mirada, el espejo de su alma, eso no lo podrá cambiar, ni revertir, es así y seguirá así.
No pretendo retenerlo, aunque su madre diciendo que no, yo noto que sí, lo ama, es su único hijo varón, el  que comienza a tomar vuelo, y aleteará y tropezará, y le dolerá y llorará y hasta pedirá socorro, pero…deberá seguir, probando, buscando, investigando, errando, hasta acertar y ser uno más de todos los que emprenden una vida “nueva”, sin pá y sin má al lado para facilitar las cosas diarias.
Es una etapa que ya viví, que hoy regresa a mi mente y que pretendo tontamente, prevenir para que no tropiece como yo lo he hecho, pero qué tonto…si eso es lo que debe suceder, es la vida misma que se le está ofreciendo con sus placeres, pecados, prohibiciones, moral, ética, hábitos, “buenas costumbres”.
Todo lo he pasado, y pretendo que él no lo pase…que tonto soy en mi forma de pensar.
Vaya hijo mío, descubra la vida, sacrifíquese por lo que anhela, llore por un amor, escriba poemas que después lo romperá, prueba con un trabajo, estudia y comparte un cigarrillo, como lo hemos hecho todos nosotros.
Escucha lo que te dice el corazón, pero no olvides que tienes razonamiento, recuerda las charlas de sobremesa, la moral familiar.
Pero por sobre todas las cosas, SÉ LIBRE, CRECE, ATRÉVETE A TRANSGREDIR  LO PROHIBIDO SIN DAÑAR AL PRÓJIMO, NO SIEMPRE  LO QUE SE DICE “PROHIBIDO” ES COMO TAL.
Vive la vida, sé feliz, estudia, respeta a los demás, escucha todas las opiniones, respétalas aunque no las compartan, podrás aprender de ellas para no errar el día de mañana.
No sientas la tristeza que siente tu madre, es algo natural, yo también te estoy extrañando antes de que te vayas.
Pero es la vida misma la que te llama, y no todos tienen la suerte de escucharla y seguirla.
Recuerda siempre, sé tú mismo, nunca pretendas demostrar nada, ve siempre con la verdad aunque duela, la verdad no ofende a nadie, aunque algunos sientan lo contrario, la verdad es eso…verdad, ocurrió y es pasado.
No seas nunca uno más del rebaño, no gires como todos en sentido de agujas de reloj, piensa por ti mismo, no prejuzgues, piensa y luego habla si hace falta, sino calla, el silencio en muchas ocasiones vale más que las palabras.
Ten sentido crítico, no te hagas amigo del poder, el que tiene poder, siempre tiende a abusar de él.
No busques desesperadamente, todo se te dará a tu tiempo, y cuando creas que no puedes más…respira hondo, date un descanso, queda en silencio y búscate en tu interior.
Tu madre y yo no estaremos por siempre, pero mientras escuches una felicitación, un consejo, un reproche, no lo tomes a mal, es signo de que estamos vivo y juntos por siempre.
Por último, busca sobreponerte a todas las tormentas de la vida, no creas que en otro sitio no soplan vientos fuertes, no pretendas interminables días  soleados, aprende a vivir con la lluvia y el nublado, ellos también te enseñarán  lo que es la melancolía.
El sol sale para todos y todos tenemos días nublados, algunos más que otros, pero si insistes en pretender cambiar lo que te ofrece la vida, ten cuidado, las tentaciones son fuertes.
Algo que olvidaba: vayas donde vayas, allí estarás.
Con tus recuerdos, tus amores, tus problemas, tus fantasmas, tus aciertos, logros y sueños.
Podría haber usado miles de sinónimos, conjugar correctamente, pero… ¿para qué? Si la simpleza de las cosas es lo que vale, sorpréndete cada día con el cantar de un pájaro, mira un árbol, siente su crecimiento y crecerás con él, suspira cuando veas una flor, son como las mujeres, no existe ninguna fea, cada una tiene su encanto.
Eres libre, vive la vida, sé feliz.
Te quiero.
Tu padre, Charlyelduro.


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