La libertad es lo primero.

No me basta leer en un libro historias de amor.

No me basta porque mi vida es un proyecto de historia

inacabada, en penumbras, dolorosa forma de sobrevivir.

Ni se asemeja a otras historias, a las historias de otros y otras,

de quienes al menos tienen recuerdos que olvidar,

o recuerdos que valen la pena recordar.

Es que últimamente casi se me mojan los ojos

cuando veo a las parejas que se asesinan a besos en las esquinas,

mujeres que caminan de la mano de su hombre mirando al cielo,

como buscando una respuesta a ¿qué hago para decirle que quiero ser libre?.

Es que casi siempre veo la figura de mujer en el vuelo de las aves,

el olor a las siestas de invierno me hacen viajar a la cocina de tus manjares,

veo en mi caminar solo, desgastando las veredas con mi piel en pedazos,

cómo en las ventanas de las casas, mujeres solas regalan besos secretos a los que pasan.

¿Qué sucede que los hombres se juntan más que antes para hablar de lo de siempre?

¿Y las mujeres? ¿Por qué no gritan lo que quieren?

Cuánto duele tratar de calentar un colchón duro, frío, más solitario que yo,

mi techo está repleto de tus curvas pintadas con mi imaginación,

el corazón duele, vaya que duele cuando no hay remedio de amor.

Pero es la puta vida, o la bendita vida y su puto destino,

quien me lleva día a día a transitar el camino hacia la noche,

cuando las gotas de rocío bañan mi cuerpo rendido,

me renuevan por unas horas, mientras te pienso en mi locura,

y espero ver en el brillo del lucero tus ojos de ensueño,

se consume mi cigarrillo mientras me duermo

entre la humedad del pasto verde y el canto de un grillo.

Seguiré siendo un proyecto de vida que espera

que vengas tú mi amor, mujer de donde quieras,

a escribir lo que falta de mi historia desamorada.

No te tardes que la piel se arruga al compás de los besos

y las cienes se tiñen de ceniza mientras espero.

Tómate tu tiempo, al fin de cuentas te amo,

Y la libertad es lo primero.

Char…libre, sin registro.