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viernes, 31 de marzo de 2017

Dedicado a una ingeniera de sueños, con afecto.


Y me dormí para no pensar
y en el sueño creí verla despertar
con su cabello desalineado y ojeras de esperar
que se hagan realidad los sueños
que solía a veces soñar.
La vida de un loco es tremenda
ni que hablar cuando se trata de dos,
las noches calientan con un sol tremendo
mientras amanece y las estrellas comienzan a brillar.
Ninguno de los dos toman café
entre una loca y un loco se desayuna con besos
se entretienen contando cuentos
historias raras, hasta quedar en silencio.
Las miradas son profundas, más de lo que creen los cuerdos
las caricias nacen solas, brotan de entre los dedos
y no existen ni posturas, ni peros, ni veremos
se hace lo que se debe
con el corazón abierto
se ama con lo que se tiene
en una cama o en el suelo.
Y me dormí para no pensar
mientras ella acariciaba mi espalda
abrigándome con sus cabellos
quién sabe, qué pensará
Este relato de locos es verdad
no tiene orden, ni rima,
ni fonemas a partir de la sílaba tónica al final
solo es un relato de locos
que jamás despertarán
porque sueñan despiertos
con poder comerse los labios a besos
donde sea que se encuentren
a la hora veinticinco
antes del juicio final.

Char®