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jueves, 30 de septiembre de 2010

¡Ah, qué nidada de caricias salvajes descubrí!
Guardadas en tu bosque desde el alba del mundo,
esperaban la mano que llegara a arrancarlas,
la mirada que las volcara sobre tus venas todas,
el temblor que iniciara tu espasmo y tu locura.

Vaivén en tus pupilas despertadas,
ojos que danzan al ritmo de los hombros,
larga piel en su raíz estremecida,
la ansiosa estalactita del deseo,
caracol que se incrusta en las orejas;
tus ojos súbitos, terribles. ¡Ah tus ojos!
Y locura, embeleso y más locura.

¡Pantera que se escapa, cervatilla rendida,
la sierpe envolvente de tus brazos,
abrazo de mil lianas zarpadoras,
largo césped donde los senos nacen,
ensenada candente de los muslos,
playa con la blanca tersura de tu vientre.
Y locura, ternura y más locura.

Cadencia resonante de músicas selváticas,
tambor noctambulario suena sobre tu espalda,
la flauta imperceptible del suspiro,
largos gemidos de destrozados labios,
y el grito sempiterno tan guardado,
al fin la noche rompe en agudos pedazos.
Y locura, cadencia y más locura.

Cavernas, grutas, lagos, musgos leves;
hongos colgantes, zarzas en tu boca;
frutos ignotos, zumos descubiertos;
mieses en la alborada, sed que ya se apaga;
venas que se rebelan, sangre libertada;
yegua ululante, jinete que espolea.
Y locura, locura y más locura.

¡Ah qué nidada de caricias salvajes descubrí!
¡Y qué voces intactas en tus prístinos fondos!
¡Y qué flores que se abren al tacto de mis manos!
Salvaje mía; ¡ámame así, envuélveme en tu bruma!
¡Y bebamos del manantial de esta locura primitiva!

LUIS  BORDA      

ADÁN Y ELLA (escrito para María José Consuegra)

¿Qué poder decir del amor que ya no esté dicho?
Paciencia, respeto, perseverancia, dignidad, consuelo, espera,…son tantas palabras que caben dentro de una sola y gran palabra AMOR.
Emprender la vida al lado de quien amas es animarte y decididamente seguir la voluntad de ambos de aquí en más.
No siempre se tienen años de juventud, pero sin embargo, cuando quien está a tu lado hace la vida llevadera, el corazón puede mantenerse increíblemente joven.
El tiempo los marcará inexorablemente día a día en cuerpo y espíritu, y cada día que pasa parecerá casi pretender recordarles, a veces con inquietante monotonía, éste momento sublime de entrega, día en el que ambos, decidieron caminar juntos un tramo de cada una de sus vidas, siendo de ahora en más “compañeros de viaje” de un viaje que tendrá el destino que ustedes tracen, que será hermoso y tranquilo, que tendrá vendavales y tormentas, pero como la vida misma…después de cada nublado, saldrá el sol y podrán “ver juntos” otra senda alternativa.
Serán de aquí en más, tentadores y tentados a embarcarse a lo que se llama “convivencia” a lo que implica “incluir” dentro de cada uno a su par, con sus falencias y aciertos, con sus miradas y sus suspiros, con esa magia eterna que el AMOR despertará cada día de sus vidas.
Sabrán mantener un corazón joven y lleno de amor para dar,  solo si aprenden a comprenderse, a respetarse, a corregirse el uno al otro esos desaciertos que dañan y desgastan a la pareja.
El corazón permanecerá siempre joven, solo si saben amarse y aprenden a dar pasos de caminata lenta pero segura, JUNTOS…hasta teniendo que olvidarse a veces que son individuos y pasan a ser parte del su “otra parte”.
Dirán a veces “dejaré de pensar en mí porque debo pensar en nosotros”, suena raro, distinto, pero es y será así, no serán los primeros ni los últimos, solo serán ustedes y su vida, su tiempo y su amor, su paz y su entrega.
Y cuando a veces el cuerpo de uno solo indique ese “cansancio” hasta ayer desconocido por tareas mundanas, esa “desorientación” de no saber cómo hacer “algo” que será nuevo, habrá otro cuerpo que guiará a su par, y encontrarán nuevamente esas ganas de vivir, de recomenzar día a día con nuevo ímpetu de amor por siempre joven, haciendo olvidar ese “cansancio, ese peso que cargabas”, y tendrán en vez de incógnitas, respuestas nuevas, gracias a que caminan juntos este tramo de la vida.
Vendrán muchas vivencias más, que solo ustedes las vivirán y deshilarán con el paso del tiempo, y deberán saber que aunque busquen horizontes nuevos, metas deseadas, no siempre las encontrarán…porque la vida es así, es vida, destino, perseverancia y amor…pero como el amor lo puede todo, se les olvidará hasta un desconsuelo, o un instante amargo.
Una de cal y una de arena, de eso se trata la vida, sino pues, sería aburrida, apática y sin sabor.
Y eso es justamente lo que debe perdurar en sus vidas, el saborear cada mañana la suavidad de un beso, el sentir de una caricia, la bendición de tan solo una mirada.
Y por siempre serán el uno para el otro, sin dejar que se apague esa llama que hoy está encendida, esa luz que los alumbra sin encandilar, ese deseo de vivir el uno para el otro, con miedos…que son comunes ante todo cambio, ante lo nuevo, ante lo que vendrá…en síntesis serán dos eslabones más de la vida y del mundo, que buscarán echar semilla, recoger frutos, y afianzar raíces.
Libérense en comunión uno a otro, compartan, busquen y exploren, no se exijan demasiado, no oculten errores, mírense y aprendan el lenguaje del amor en silencio…aunque a veces necesiten la palabra, vivan la vida, sean felices.
CHARLYELDURO (derecho de autor registrado N° 3126/10)

LA SONRISA...¿QUÉ ESPERA UNA PERSONA CUANDO SE ENCUENTRA CON OTRA?...UNA SONRISA.

La sonrisa nada cuesta y rinde mucho. Enriquece a quien la recibe, sin empobrecer a quien la da. Dura un instante, pero su recuerdo no se borra. Nadie es tan rico que pueda vivir sin ella; nadie tan pobre que no pueda regalarla.

En casa, la sonrisa expresa felicidad; en los negocios, confianza; y, entre amigos, es signo de comunión. Una sonrisa reanima a los cansados. Da valor a los desalentados, consuelo a los tristes y alivio a los enfermos.

Una sonrisa no puede ser comprada, ni prestada, ni robada, pues sólo vale cuando es regalada. Aun cuando alguien no te diera la sonrisa que tú esperas, sé generoso, y dale la sonrisa, pues nadie necesita tanto de ella como aquel que no sabe brindarla.

La sonrisa brota entre amigos, entre dos que se miran y se estiman. Una sonrisa es la mejor palabra a la persona amada. La sonrisa es un sí a la vida, un acto de amor a cada hombre concreto.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

CARPE DIEM - (WALT WHITMAN - la sociedad de los poetas muertos)

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras
y las poesías, sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase, nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y es oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos enseña,
nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque sólo en sueños puede ser libre el Hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
“Emito mis alaridos por los techos
de este mundo”, dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas.
No traiciones tus creencias,
porque no podemos remar en contra de nosotros mismos:
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron,
de nuestros “Poetas Muertos”,
te ayudan a caminar por la vida.
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los “Poetas Vivos”.
No permitas que la vida te pase a ti
sin que la vivas…



VUELA ALTO


Poco después de la 2ª Guerra Mundial, un joven piloto inglés probaba un frágil avión mono motor en una peligrosa aventura alrededor del mundo.

Al poco de despegar de uno de los pequeños e improvisados aeródromos de la India, oyó un ruido extraño que venía de detrás de su asiento. Se dio cuenta de que había una rata a bordo y si roía la cobertura de lona, podía destruir su frágil avión.

Podía volver al aeropuerto para librarse de su incómodo, peligroso e inesperado pasajero. De repente recordó que las ratas no resisten las grandes alturas. Y volando cada vez más alto, poco a poco cesaron los ruidos que ponían en peligro su viaje. 
La rata no había resistido.

Si amenazan destruirte por envidia, calumnia o maledicencia, vuela más alto. 
Si te critican, vuela más alto. 
Si te hacen alguna injusticia, vuela más alto.
Acuérdate siempre de que las "ratas" no resisten las grandes alturas...

TE PASO LA PELOTA A TÍ...

Si al mundo entero le quedaran veinticuatro horas de existencia, todas
las líneas de teléfonos, los chat, los correos electrónicos se saturarían por mensajes enviados de personas a personas, diciendo "perdón por haberte hecho sufrir", " siempre te amé pero no me atreví a decírtelo", " eres lo mejor que me ha sucedido en la vida", "te amo, te necesito".
La pelota es un círculo, no tiene principio ni fin. Ésta nos conserva juntos, como nuestro círculo de amigos, pero el tesoro que hay dentro es como el aire, no lo puedes tocar, pero se lo puedes sentir, y ese sentir es el tesoro de la amistad que me has otorgado.
Hoy te paso la pelota de la amistad a vos. Compartí ésto con tus verdaderas amistades.
No te sientas mal o deprimido si no te lo regresan o tan solo si ignoran éste escrito. Debes ser feliz, porque al fin y al cabo, serás tú quien tenga la pelota para pasárla aquien la merezca.

martes, 28 de septiembre de 2010

EL VIAJE DE MALBECTÍN (por: Marisa Avogadro)

Todo comenzó en una flor blanca, muy pequeñita y yo estaba en su interior. Crecía, crecía, gracias a unas manos que todos los días me alimentaban con agua y a los rayitos del sol que me proporcionaban calor. En el mismo ramo estaban mis hermanitos, cuidados también por pequeñitas flores blancas con centros verde claro; hasta que creciéramos un poco más. Todos formábamos parte de una gran planta, nuestra mamá la vid.
Pasaba el tiempo y cada vez nos sentíamos más fuertes. Crecimos y ahora somos unos globos verdes a la vista de las personas y como ya podemos comer solos, las flores decidieron dejarnos. Caen una a una del ramillete diciéndonos: adiós, buena suerte!. Pero ustedes me preguntarán:
- Malbectín, quiénes son estos globitos? Y yo les voy a contestar:
- Somos los granos de uva Malbec. Crecimos y ya llenamos una ramita. Todos los días el agua nos hace engordar un poquito. Todos los días el sol nos da una pincelada de color rojo fuerte y brillante que resalta con el verde de los sarmientos - el lugar de donde colgamos - y nuestras hojas. Los días en que corre una brisa, nos movemos como en un columpio y así jugamos con nuestros amigos, los demás racimos de la vid. Otros ya se han ido. Nosotros estamos pensativos y nos preguntamos: de qué se tratará este viaje?.
Pero esta mañana me desperté muy temprano, miré a mi alrededor y vi que mi vecino, un racimo grande y regordete al que el señor sol había terminado de pintar, estaba despierto.
Lo llamé: -ssh...ssh-.
- Qué quieres racimito? - me dijo.
Yo, con la voz que me temblaba, ya que no me animaba a preguntar, le dije lentamente:
- Quiero saber a dónde iré cuando sea grande.
- ¡Hay racimillo!. Te voy a contar la historia de todos los frutos de la vid. De sus largos viajes y aventuras. Escuchá: a todos los racimos cuando maduramos, es decir, cuando el sol termina de pintarnos, nos deben bajar de las ramitas, porque si no, llega un momento en que los granitos se echan a perder y se caen. Pero a todos no nos pintan del mismo color. A unos nos tiñen de rojo, a otros de rosado, a otros de amarillo o de morado. Y ya listos y maduros, las manos de los cosechadores nos cortan uno a uno y nos colocan en tachos. De allí nos llevan a un camión donde se vacían los tachos. La gente llama a este proceso "la cosecha" o recolección de la uva. En esos días, cada vez que un trabajador llena un tacho le dan un cuadrado de metal o cartón grueso que se llama ficha y al final del día, le pagan contando cuántas fichas tiene.
- Y después en el camión, adónde vamos?.
- El camión emprende un viaje por caminos de tierra y piedras algunas veces y otras por caminos de asfalto, hasta que salimos de las viñas, cargados de polvo. Continúa el viaje y se conduce el camión hasta la bodega. Entra y se prepara. Nos vuelca en una pileta donde unas manos grandes de metal nos acarician y sacan nuestro jugo. Allí ese jugo inicia el recorrido por tubos y más tubos hasta convertirnos en vino.
Si el señor sol nos pintó de color rojo, hacen vinos tintos y vamos todos a la misma pileta o cuba hasta estar listos. Si nos colorearon de blancos y amarillos, hacen vinos blancos y con los pintados de rosado, vino rosado. Algunos nos quedamos guardados menos tiempo en las piletas y luego nos envasan en botellas con un cartel que dice: "vino de mesa". Cuando nos dejan añejar y estamos allí mucho tiempo, nos llaman vino añejo o reserva...Y me olvidaba, con la pulpa de nuestros granos también se elaboran jugos y dulces.
- Y con el resto del racimo, qué se hace?
- Además de utilizar nuestros granos para elaborar el vino; con el hollejo ( la piel que recubre nuestros granos sedosos) y las ramitas que han quedado en la pileta, se hace una mezcla que se llama orujo y que se vende para abonar y fertilizar las tierras y las plantas. Además, con nuestras semillas se fabrica aceite.
- ¡Pero qué callado te has quedado, racimito!
- Es que estoy sorprendido. Nunca imaginé que iba a recorrer y conocer tantos lugares. Que con nuestros granos se elaborarían muchos productos y de esa manera acompañaríamos a diario a las familias a la hora de comer, brindar y festejar.
- Bueno racimito, se nos acaba la charla pues ya comienzo mi viaje. ¡Chau, hasta pronto!.
- ¡Chau, hasta nuestro próximo encuentro!
Era de mañana, a la hora en que comienzan a trinar los pájaros. El cielo estaba celeste, azul claro, azul celeste. La tierra daba los buenos días con su aroma a madre que acaba de levantarse. El aire puro, fresco que rodea nuestra piel, nuestros árboles. Y en esta mañana se despertó de repente el racimillo porque unas manos suaves acariciaban sus ramitas verdes. Cric, cric, resonó la tijera que se deslizó por ellas y una manos pequeñas pero fuertes, lo pusieron en un tacho.
Tiempo después, la niña se fue silbando bajo por el camino de tierra hasta llegar al camión y volcar su carga se escuchó:
Empieza el viaje de los granitos de uva. Desperté de mi sueño pero es cierto. Hoy comienzo el gran viaje. Chau, mi voz se va con el viento para volver en sonrisas... de familias, amigos y enamorados, cuando se encuentran con mi espíritu malbec.

PAZ...

Es ilusorio que se pueda llegar al “mar de la tranquilidad” y, resuelto todo conflicto, experimentar una paz sin turbaciones.
Aún si se pudiera realizar el equilibrio homeostático a nivel de espíritu y de psiquis y cesaran de éste modo las razones interiores de inquietud y de conflicto quedaría, de todos modos, la vida de cada día para encargarse de turbar nuestra paz.
Alcanzado un equilibrio, un nuevo hecho puede siempre romperlo o hacerlo precario y, por lo tanto, insatisfactorio.
Más que perseguir una hipotética paz en un improbable “mar de tranquilidad”, es conveniente aprender el difícil arte del convivir con los problemas, las incertidumbres y los conflictos.
Hay algo infantil que sobrevive en quien busca una vida sin conflictos. Llegar a ser adultos o sabios significa aceptar el peso de los días, con sus c contradicciones y contrariedades, diciéndose que todo tiene un sentido, si es leído en un horizonte más vasto, o que todo es gracia, si es leído o entendido en un horizonte trascendente.

“La paz no deriva de la ausencia de conflictos en la vida,
Sino de la capacidad de afrontarlos."

CONSTRUYE TU PROPIO CAMINO

Solamente en el silencio y en la soledad puedes realizar el viaje más largo e importante de tu vida, el que te lleva a la raíz de ti mismo, que te introduce en la comprensión del misterio que eres y te hace entrever las razones profundas de tus emociones, de tus miedos, de tus decisiones.
No siempre estás dispuesto a dejar el puerto de certezas para emprender este viaje. Entonces te quedas tan desconocido para ti mismo como siempre, presa de emociones que te superan, de miedos que te condicionan, empujando entre elecciones que se contradicen, incapaz de decir por qué estás moviendo tus pies en una dirección más que en otra.
Quien no ha vuelto todavía a la raíz de sí mismo confunde ilusiones y esperanzas, libertad e instinto, espontaneidad e impetuosidad, inquietud y búsqueda.
Como hoja llevada por el viento no sabe encontrar descanso y mariposea, incierto, buscando un punto firme o una meta definitiva.

TENME PACIENCIA

La paciencia no es pasividad ante el sufrimiento, no reaccionar o un simple aguantarse: es fortaleza para aceptar con serenidad el dolor y las pruebas que la vida pone a nuestra disposición para el continuo progreso interno.
A veces las prisas nos impiden disfrutar del presente. Disfrutar de cada instante sólo es posible con unas dosis de paciencia, virtud que podemos desarrollar y que nos permitirá vivir sin prisas. La paciencia nos permite ver con claridad el origen de los problemas y la mejor manera de solucionarlos.
La paciencia es la virtud por la que soportamos con ánimo sereno los males y los avatares de la vida, no sea que por perder la serenidad del alma abandonemos bienes que nos han de llevar a conseguir otros mayores.
La paciencia es una virtud bien distinta de la mera pasividad ante el sufrimiento; no es un no reaccionar, ni un simple aguantarse: es parte de la virtud de la fortaleza, y lleva a aceptar con serenidad el dolor y las pruebas de la vida, grandes o pequeñas. Identificamos entonces nuestra voluntad con la de esa “chispa” divina de la que procedemos, y eso nos permite mantener la fidelidad en medio de las persecuciones y pruebas, y es el fundamento de la grandeza de animo y de la alegría de quien está seguro de hacer lo que le dicta su propia conciencia.

ABANDONO.

Contratiempo y contrariedad es el resultado de un día poblado de acontecimientos inesperados, de planes habituales que deben ser omitidos, de nuevos caminos que se perfilan en el horizonte, obligándote a otros comienzos más fatigosos.
Habías pensado que estaba toda en tus manos esa vida que se complicó de improvisto por voluntades ajenas que parecen sobrepasar la tuya, por hechos que tan solo ayer creías imposible o al menos improbables.
Un recorrido terminó, otro comienza y no sabes adónde podrá conducirte el nuevo camino y te preguntas si, al final, en el primer tramo del camino que has comenzado a recorrer, un recodo inesperado no pondrá aún a prueba tu cansada disponibilidad.
Lo que más complica así tu vida te impide recostarte en cómodas seguridades y obliga a tu fe a releer los días y a las personas de una manera nueva, sin negar lo que has construido, pero también aceptando morir un poco de ti mismo y a las certeza del ayer, para que se cumpla un designio que todavía no comprendes.
Aquel Señor de la vida que te esperó en un recodo de tu camino para indicarte un recorrido distinto, tendrá paciencia con tu cansancio y con la dificultad de retomar el camino, ahora que nada a primera vista parece poder motivarte por dentro.
Hará menos difícil un camino que temes porque desconoces todavía adónde te pueda llevar y hará más liviano un peso que no habías programado y que ya dobla tus espaldas.


FELICIDAD

Te habituaste al encanto de las cosas y de las personas, olvidando su mensaje de alegría.
Inquieto, buscas lejos otros motivos de felicidad, casi ignorando los dones que el hoy te trae.
Es ansia de un más que no tendrás, no estar satisfecho con lo que hoy te fue dado y es un reclamo a la imposibilidad de las cosas para saciarte, advertir, cuando las alcanzas, que la felicidad perseguida está siempre más allá del horizonte que ves.
Pero, si hoy no te es dado alcanzar la plenitud que buscas, ¿qué sentido tiene ilusionarse de que pueda encontrarse más allá de la neblina de un día que atardece?
¿No es acaso más inteligente gozar hoy el encanto de las cosas y de las personas, repitiendo que es demasiado grande el anhelo de bien del corazón del hombre, para que las cosas lo puedan saciar?
Y si el sol vuelve a resplandecer, aún sin que tú lo hayas ayudado, ¿no te basta? Alza tu mirada y contempla la luz y los colores del día y de las cosas: hay un mensaje para ti, si sabes tomarlo. Cada nuevo día es una flor que se abre en tus manos.
En las grietas de una pared, seca por el sol, alcanzó a despuntar una pequeña flor sin pretensiones, como brotan en los días signados por el vacío, inesperados mensajes de esperanza. Y despuntan siempre, aunque sea al final de días sin luz, las estrellas que hacen soñar a los poetas y que conducen a los místicos por los senderos de Dios. Si miras las flores y las estrellas, puede renacer en ti la esperanza.
Cada día trae consigo un signo de amor del Padre.
No vivas de prisa si quieres descubrir, en el hoy que te ha sido dado, los signos que la mano del Padre no hace faltar en tu camino.
Sobre las colinas el sol preanuncia la incipiente primavera y la luz que se filtra por las persianas te invita al asombro después de la oscuridad de una noche visitada por pensamientos inquietantes.
Habitúate a la luz del sol y no te verás pasmado contemplando las cosas.
El alma, ¿envejece por haber caminado demasiado por senderos fatigosos o por haberlo hecho sin vivir de la luz?
Felicidad es descubrir que el sol
volvió a resplandecer, sin que tú...
nada hayas tenido que hacer para ayudarlo…”