ELLOS...

Ella deseaba encontrarse más que con él, con las caricias de sus manos, soñaba su piel en segundos continuados, sin intervalos.

El destino dijo que sí, estaban frente a frente sin conocerse y casi temblando. De las sombras de la noche esperada, las estrellas se volvieron luciérnagas curiosas, deambulaban alrededor de un beso apasionado.

Ambos tenían hasta ese instante la piel a jirones, estaban atornillados al destino, cosidos en sus huesos los interminables tiempos de espera. Hasta que ella apenas hizo un gesto con su cabeza, imperceptible para cualquier humano, pero las manos de él la captaron y se derramaron sus caricias en los muslos de ella, que quieta volaba en cielos de colores intensos.

Él estaba rojo oscuro porque borboteaba su sangre más de lo normal.

Ella se mojaba con el sudor de sus ansias, empapada en el deseo de las caricias de él, apasionada.

De pronto una brisa leve, muy fresca los sorprendió en el beso sin final, en el beso del último aliento.

Se necesitaban tanto, tanto…tanto amor los ahogaba de placer que se esfumaron.

Desaparecieron como un cometa fugaz, guiados por mil luciérnagas curiosas y cómplices del beso apasionado.

Jamás se supo de ellos, es una historia que no tiene final.

Hay noches en que se respira olor a amor, ruidos de labios, vibra de seducción, dicen que son ellos los que no se ven, pero están…enamorados entre las sombras claras de las noches interminables.

Char...libre, sin registro.