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miércoles, 13 de noviembre de 2013

Sin mar ni puerto.



Cada vez que el viento rosa mi rostro

tu caricia se hace presente en mí.

Mujer de mi vida, mujer de mi agonía,

tu voz me suena en el eco del alma

daría media vida por el tesoro de tus besos

y por esa mirada en silencio

cuando quemabas mis ojos

diciéndome te quiero.

No sé si conservarás la rosa cómplice

que perfumaba la cama y nuestros cuerpos.

No sé si volveremos, si seremos como fuimos

bahía y península sin mar ni puerto.




Char…libre, sin registro©

5 comentarios:

  1. Fantástico!, preciosos versos de un enamorado que espera la dulce caricia de la mujer de su vida.
    Me ha encantado leerte de nuevo Char.
    Un abrazo.

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  2. Que bella entrada, sencilla y al alma.
    saludos.

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  3. Rosa cómplice, que entre sus pétalos guarda el aroma de las noches de pasión.

    Besos.

    Lunna.

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  4. No importa lo que paso lo disfrutaste el resto no depende de vos

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