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miércoles, 3 de septiembre de 2014

De vez en cuando, me invento un cuento.


Hubo un tiempo  en  que me  sentí dañado,

sentía ausencia dentro de mí mismo.

El espejo reflejaba esa realidad que no podía ver

pero la sentía, era doliente, casi insoportable.

Y me hacía peguntas  que  no tenían respuestas

pensaba que algo, alguien, Dios, se había olvidado

o quizás había dejado de tenerme en cuenta.

Porque las voces que escuchaba me acercaban al temor

me alejaban de la realidad que me ahogaba

hasta podía escuchar mi propio ritmo cardíaco

y esperaba ese momento,  en el que dejara de  sentirlo.

Era como resignarme a la muerte, regalarme a la nada

no veía auras, ni ángeles, ni podía imaginar el color azul

no diferenciaba las mañanas de  las noches

me daba lo mismo que sea o no sea, que flote o me hunda.

Y desvanecido en mí mismo dejé de preguntarme cosas

fui aprendiendo a mirar fijo las pequeñas  cosas

los pequeños detalles de la vida  misma

caminar solo mirando a la gente apurada

ver el llanto de tantos niños solos

oler la soledad del monte y del río, sus ruidos y silencios

sentir la brisa húmeda del rocío de madrugada.

Y sin pensar en nada, con la mente en blanco

vi algo parecido a un ángel que me miraba fijo

y fue como si me hubiera gritado en silencio.

“Nadie jamás sabrá lo que vibra dentro tuyo.

Solo tú eres capaz de hacer vibrar esa caja de resonancia

que es tu mismo cuerpo, ese cuerpo que es solo cáscara.

Aprovecha cada momento, mantente limpio por dentro

después de todo, queda nada, todo se vuelve tierra

y sin darte cuenta comenzarás la segunda parte de la vida

sin mochila, ni ropas, ni lujos, ni preguntas, y nadie te verá

y en cambio tú podrás verlo todo, y el mundo seguirá girando

y la gente caminando apurada, y los niños llorando…

Y tú serás mi compañía, y yo la tuya, de noche y de día.




Char…libre, sin registro©


1 comentario:

  1. Pues más que un cuento, parece sentimientos de color gris que te atormentaron en algún momento de tu vida, y que tan bonito lo has contado.
    Bueno es, salir de nuestro negros pensamientos y mirar al exterior, a las pequeñas cosas que tiene la vida y que son tan gratificantes.
    Por si no es un cuento, espero que ahora te encuentres en los mejores días de tu vida y para el resto.
    Preciosas letras Char, dignas de estar a la vista de mucha gentes.
    Un abrazo.

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