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lunes, 6 de octubre de 2014



Dejaré esta vida mirando el cielo

cuando los colores ocres cubran el  ocaso,

y las aves que alimenté me lleven en su vuelo,

sin dolor ni agonía, como  si fuera un sueño.

Nadie llorará ese día,

porque se darán cuenta que solo quedó mi cuerpo

mirando al cielo con los brazos abiertos,

agradeciendo este paso y esperando el paso nuevo.

No sé si veré luces, si escucharé voces, o alguien me espere

para vivir la otra vida, el secreto que nadie entiende.

Quizás allí pueda verte, quizás abrazarte o darte un beso

sin temor a que te marches, porque ambos seremos eternos.





Char…libre, sin registro©

1 comentario:

  1. Una maravilla volver a leerte Char, en esta poesía con ese sentimiento que compartimos la mayoría si fuera esa la forma tan bonita de irse de este mundo, serenamente con la convicción de encontrar en el más allá, todo lo bueno que tuvimos y lo que está en el pensamiento sin poder cumplir.
    Ha sido un placer y me han encantado todos los versos.
    Un abrazo.

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