Seguidores

lunes, 9 de noviembre de 2015

Calles desoladas.


Y cuando tu sombra se convirtió en mi sombra,

Fue recién entonces…

me di cuenta que algo tuyo quedaba,

que en la soledad que jamás me dejaba

estaba siempre acompañado buscándote,

errante, enamorado,

colgado de la luna y loco

más loco que hoy y que mañana.

Aún estando solo puedo besarte

en cada madrugada despiadada

oliendo tu perfume en calles desoladas,

bañadas de lágrimas amargas e indiferencia

mientras que de ti

no sé nada.





Char®

8 comentarios:

  1. Hola Char, tiempo que no me pasaba por aquí a leer tus hermosas poesías.
    Un poema precioso donde el poeta va dibujando un amor ausente que le acompaña como una sombra.
    Un verso precioso: Aún estando solo puedo besarte.
    Me encantó.
    Un abrazo y gracias por tu visita.

    ResponderEliminar
  2. La esencia del amor queda poblando todos los rincones aún en su ausencia y sobre todo, en las noches despiadadas y los crueles amaneceres.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  3. Cuando se ha amado nunca volvemos a estar solos aunque solo nos acompañe el recuerdo. Difícil es la andadura cuando todo desaparece, pero eso es lo que hace que las letras sean más amorosas y hasta más audaces de poder decirlas. Un abrazo amigo.

    ResponderEliminar
  4. Amar hasta la médula aunque luego la tristeza se haga presente, siempre habrá valido la pena la entrega.
    Preciosos versos Char, un placer leerte.

    Abrazos, Poeta.
    REM

    ResponderEliminar
  5. Los recuerdos impregnan la atmósfera y se hunden sin piedad hasta la médula y su beso anudado en la piel.

    Tristes besos llenos de belleza, que pases un buen fin de semana.

    Besos.

    Lunna.

    ResponderEliminar
  6. Luces que resplandecen entre las sombras de la madrugada y besos entre pieles perfumadas de deseo.

    Un beso sedoso.

    ResponderEliminar
  7. Te deseo que sean unos Felices Días.

    Felices Días.


    Llegan días muy especiales, las cosas no volverán a ser las mismas:

    ¿o tal vez sí?

    Estas fechas nos cambian, rejuvenece la memoria y con la barra de carmín rojo pasión nos dibujamos una sonrisa que demasiadas veces esconde el invierno del alma. Nos vestimos con el satén que desborda la noche intentando ocultar que somos un lienzo donde las heridas no siempre restañan la sincera entrega de la confianza, la insinuante mirada del alba, todo aquello que da vida a los sentimientos.

    Se marchan días y llegan otros prometiéndonos sueños y como siempre pondremos de nuestra parte el coraje, el compromiso, la seducción para que esa sonrisa bordada en rojo no tenga fecha de caducidad, pero no dependerá solo de nosotros encontrar la respuesta a una caricia, no dependerá solo de nosotros escribir un te quiero sobre la piel desnuda de la luna.

    Os deseo, de corazón, que vuestras sonrisas, que vuestros sentimientos, en los días que llegan no conozcan el invierno del alma.

    Besos.

    Lunna.

    ResponderEliminar

Gracias por tu visita