Solo dime lo que sientes y podré saber
quién eres.
Solo déjame tocarte con mis letras y
podrás saber quién soy.
Solo deja que la vida fluya y el
destino hará su parte.
Solo
deja que tus labios sonrían y se ahuequen tus hoyuelos.
Solo deja que la esperanza crezca entre
la incertidumbre,
y algún día, quién sabe, algún día el
destino nos cruce,
y sin pensar me voy contigo, o tú te
vienes conmigo
o morimos ambos en los brazos de una melodía interminable,
en un lugar sin tiempo ni nubes, solo sol y libertad,
perfumado de flores desconocidas,
que jamás marchitarán,
al son un piano desafinado
de un mar embravecido
como los labios de nuestras bocas.
Char…libre, sin
registro©
Muy bonito Char... Triste también, que me ha quedado ese regusto amargo de lo que puede ser pero nunca será.
ResponderEliminarAbrazos.
Precioso poema, como siempre he de añadir.
ResponderEliminarSolo desearte que así sea.
Un abrazo.