Siento otra vez el filo de la madrugada
Que me invade los ojos, me inyecta soledad
Corta el aire, miro alrededor y tú no estás
Me duele el alma, mi sangre pierde el color
Creo que mis besos ya no tienen sabor
Mi mirada es incolora, con gusto a sal de mar seco
Desconozco términos, palabras huecas que no comprendo
Decepciones que ya no hacen mella giran lento
En el haz de luz que alumbra mis letras intensas
Que se escapan del corazón descolorido, temeroso
Casi esperando la visita de un infarto frío
De algo que me abrace como un oso, fuerte sin matarme
Que se apegue a mi alma y seque para siempre el llanto
Porque los hombres también lloran
Como lloro yo a la muerte lenta de vivir esperando
El canto de un pájaro ciego que solo canta
En mi ventana, porque allí vive recibiendo madrugadas
A pesar que no ve, vive, solo…y sin embargo canta
En cambio yo, solo vivo llorando en madrugada
Sintiendo la frialdad de mis caricias huérfanas
Pensando en que no estás, mientras…sigue mi agonía.
Mientras las luces de la ciudad se apagan.
Char…libre, sin registro
No todo llega cuando lo necesitamos, es la vida misma, hermoso relato, buena semana Char!!!besos
ResponderEliminarHola Char! Traigo una luna entre mis brazos...de regalo para vos.
ResponderEliminarOjalá ilumine esas noches de luces apagadas, abrazos miles!
Char, regresas y lo haces con todo ese fuego y anhelo que llevas dentro, he leído tus dos últimas entradas y son un grito, un latido de hombre en poesía.
ResponderEliminarMe alegra tu regreso y espero que todo marche bien.
Un abrazote apretado, poeta argentino.
Vaya que regresaste con todo, mi querido Char, tus letras son grito llenas de fuego y anhelos.
ResponderEliminarUn abrazote grande y felíz de tenerte entre nosotros de nuevo.