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lunes, 21 de marzo de 2011

José Angel Buesa


En el recogimiento de la tarde que muere,
entre las imprecisas brumas crepusculares,
cada jirón de sombra cobra vida, y sugiere
vaporosas siluetas familiares.

En la brisa que pasa, parece que suspira
la virgen de ojos claros que aún sueña en mi regreso;
el rumor de las frondas abre el ala de un beso,
y desde aquella estrella, alguien me mira…

Allá, entre la alameda, se perfila la sombra
grácil de la mujer que amé más en la vida,
y en la voz de la fuente vibra una voz querida,
que en su canción de oro y cristal me nombra…

Todo canta, a esa hora, la canción olvidada;
todo sueña el ensueño que quedó trunco un día,
y verdece de nuevo la ilusión agostada,
ebria de fe, de ardor y de armonía…

Y entre la sutil bruma de prestigios de incienso
que exalta mis recuerdos y mi melancolía,
en la paz de este parque abandonado, pienso
en la mujer que nunca será mía…


4 comentarios:

  1. Tal vez esa mujer se puede recuperar...q paso con ese amor...? besitos

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  2. Quizás no supo vibrar al son de tremendo amor...?
    Besotes.

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  3. Bellísimas letras de Buesa, un amor intenso...aún debe vibrar Charly, no te des por vencido.

    Abrazos

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  4. Gracias Alborada, ...ni aún vencido...
    Besos

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