Seguidores

sábado, 20 de noviembre de 2010

PARTIDAS.

Se van dejando un mensaje que habla de amor negado, de metas no alcanzadas, de caminos de huída intentados inútilmente, de balances totalmente deficitarios, de felicidad esperada y nunca alcanzada, de palabras no dichas o no escuchadas, de silencios y soledades pesadas como piedras.
Nadie puede juzgar el instante en el que un espíritu libre y herido se encamina sobre el sendero que lleva a la negación definitiva de sí mismo, escogiendo la muerte.
Sin embargo es posible decirnos a nosotros mismos y a los demás que el camino para la realización d sí mismo pasa a través del don y del olvido de esa cosa embarazosa que es el propio yo.
Afirmado de manera total el ideal del placer, de la felicidad, del bienestar como meta última de la propia existencia, huir de la escena de este mundo, protestando, si no se la puede conseguir, se convierte en algo trágicamente lógico.
Un mundo cerrado, privado de la capacidad de auto trascendencia y de “apertura hacia lo eterno”, es un mundo suicida.
Los déficit indefectibles de las jornadas de todo ser humano son posibles de llenar sólo si se tiene una concepción de la existencia abierta hacia un más allá que está fuera de nosotros y si se es consciente de una llamada que nos hace único e irrepetibles en la historia. Pero ¿cómo puedo alcanzar un mensaje de trascendencia cuando la lógica del todo, de improviso, resulta de todos modos vencedora?
Aparece así un horizonte cerrado sobre el hoy, que se asemeja a las paredes angostas de una prisión sin ventana; huir de él, de todos modos, puede parecer entonces un gesto extremo de libertad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu visita